Según un estudio de AthenaLab y la Henry Jackson Society, la importancia estratégica que ha ganado la región hace que ya no pueda mantenerse ajena a la lucha de poderes, que podría verse intensificada por el calentamiento global. Fuente: El Mercurio, 27 de septiembre de 2020.
Generalmente vista como una región centrada en la cooperación científica internacional y la coexistencia pacífica entre diversos países, hoy la Antártica ve en juego su futuro para las próximas décadas. Grandes tendencias del mundo actual como el cambio climático y la creciente competencia geopolítica entre potencias amenazan con redibujar para 2050 el escenario en el territorio, en el que Chile se presenta como uno de los actores principales.
Pese al equilibrio que se mantuvo por años en la región gracias al Tratado Antártico de 1959, que suspende las reclamaciones territoriales de sus firmantes y prohíbe la explotación del continente para fines no científicos, el statu quo de la región ha cambiado en el último tiempo. A las potencias antárticas “establecidas” como Argentina, Australia, Chile, Francia, Nueva Zelandia, Noruega y Reino Unido —que mantienen reclamos de soberanía anteriores al pacto de 1959—, y EE.UU. y Rusia, se han sumado países con una creciente actividad en la zona como Corea del Sur, Turquía, India y, principalmente, China.
La situación fue advertida por el estudio “Chile y el Hemisferio Sur. ¿Antártica en Transición?” del centro de estudios AthenaLab y la Henry Jackson Society, que será presentado el martes 29. El reporte asegura que el aumento de la actividad en la zona, sumado a factores como el interés que generan recursos como las grandes reservas de hidrocarburos y su posición estratégica en el hemisferio sur hacen que el continente ya no pueda mantenerse ajeno a la competencia geopolítica de otras zonas del mundo como el Indopacífico o el Euroatlántico.
El informe destaca que el avance de Beijing en la zona será uno de los puntos a tener en cuenta para el futuro de la región. Y es que bajo el gobierno de Xi Jinping, China ha acelerado su construcción de bases en el continente (actualmente tiene cuatro, y se prevé la apertura de una quinta en 2022) y ha realizado inversiones millonarias para sus proyectos en el territorio, lo que ha encendido alarmas en otros países, que dudan sobre las intenciones reales del gigante asiático en la Antártica.
Pero la creciente actividad china y la competencia geopolítica que eso podría generar no es el único desafío que enfrenta la Antártica para sus próximos 30 años. El estudio destaca al calentamiento global como la otra tendencia que marcará los próximos años para la región, con la amenaza de provocar cambios profundos en una zona donde una aceleración del cambio climático podría facilitar las operaciones que hoy se ven dificultadas por las condiciones meteorológicas extremas. Esto podría aumentar los intereses por la extracción de recursos de la zona, que hoy están protegidos por el Tratado Antártico.
Tomando en cuenta ese contexto, el estudio construye cuatro escenarios para la Antártica durante los próximos 30 años, que van desde la estabilización de la competencia geopolítica y el cambio climático, hasta la aceleración del calentamiento global y la confrontación abierta entre los países con presencia en el continente por el control del territorio y sus recursos.
Pese a que el informe hace énfasis en señalar que estos escenarios no son predictivos, sus autores aseguran que es necesario considerarlos para que los países con intereses en la Antártica tomen posiciones sobre cómo planean enfrentar las dos grandes tendencias que afectarán al continente durante las próximas tres décadas.
“Debemos ajustar la forma en la que pensamos estas cosas y los pensadores estratégicos debiesen empezar a tomarse este tema bastante en serio”, dijo a “El Mercurio” James Rogers, miembro fundador de la Henry Jackson Society y uno de los autores del estudio. “A diferencia de lo que ocurrió en el siglo XX durante las guerras mundiales o la Guerra Fría, hoy la Antártica está mucho más cerca de un centro de gravedad estratégico mundial como es hoy la región del Indopacífico, y en ese sentido la Antártica puede tener un papel muy importante, particularmente si se toma en cuenta el interés que tiene China en ambas regiones como parte de su plan de expansión geopolítica en el mundo”, dijo el experto.
Para el director ejecutivo de AthenaLab, Juan Pablo Toro, si bien “no es posible saber con certeza qué escenario se materializará en la Antártica de aquí a 30 años, generalmente lo que la historia nos enseña es que se termina dando un escenario intermedio, entre el más pesimista y el más optimista”. “El cambio climático es una realidad, y efectivamente se está viendo una aceleración de la competencia geopolítica, y esos son factores que van a cambiar cosas”, dijo.
Pieza clave
Como uno de los siete países que reclama una porción del territorio en la región y uno de los firmantes originales del Tratado Antártico, Chile asoma hoy como uno de los actores principales para el futuro del continente.
A pesar de estar en desventaja en términos económicos frente a potencias como EE.UU. y China, su proximidad geográfica con la Antártica lo deja como una puerta de acceso al continente, lo que hace que Chile sea una pieza clave para algunos de los actores en el territorio.
En momentos en que el país ha reforzado su presencia en el continente, tras la promulgación en agosto del Estatuto Antártico, que sistematiza, coordina y moderniza las normas e instituciones a través de las cuales se regula la presencia chilena en el territorio, Rogers asegura que el rumbo que tome Chile será clave. “Está en una muy buena ubicación. Países como China, Rusia y otros más lo necesitan si quieren tener un rol en la Antártica (…) Si la competencia geopolítica en la región aumenta en los próximos años, será muy importante que Chile defina cuáles son sus intereses estratégicos en la Antártica, y con qué países va a cooperar”, dijo.