Conferencia climática de Bonn: Se consolida el trabajo de los Estados con la sociedad civil

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Un trabajo en equipo, que cuente con propuestas, información y opinión de diversos grupos de la sociedad civil, ha sido uno de los temas prioritarios que han propuesto los países de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), durante las negociaciones climáticas que se desarrollaron del 16 al 26 de mayo, en Bonn (Alemania). De esa manera se fortalecerá el trabajo de los países con los grupos de observadores, que podrán dar a conocer sus ideas y políticas que consideren necesarias para que el Acuerdo de París entre en vigor rápidamente de manera efectiva y exitosa; y los Estados – si lo consideran pertinente – lo pondrán en práctica.

Específicamente, las diversas organizaciones podrán presentar información para fortalecer las negociaciones del Grupo de Trabajo para el Acuerdo de París (APA), en el que se negocian los ítems de mitigación de los gases de efecto invernadero, adaptación a los efectos del cambio climático, transparencia y asuntos relacionados al balance global (evaluación de los avances a nivel mundial que se realizará cada 5 años).

 

Tania Guillén, investigadora del Climate Service Center de Alemania y especialista en adaptación, explicó a ConexiónCOP que el trabajo iniciado en Bonn seguirá en Marrakech (Marruecos) durante la 22° Conferencia de las Partes (CO22) de noviembre y que los países tendrán hasta el 30 de septiembre del presente año para enviar comentarios sobre mitigación, transparencia, y comprensión de las contribuciones nacionales (los compromisos climáticos presentados por los países, o NDCs por sus siglas en inglés); orientaciones sobre las comunicaciones relacionadas a la adaptación como componente de las NDCs, modalidades, procedimientos y directrices relacionadas a transparencia; y sobre asuntos vinculados al balance mundial.

Los temas clave para Latinoamérica y el camino a Marrakech

Durante las negociaciones climáticas en Bonn hubo espacio para la discusión sobre adaptación, y sobre los esfuerzos de la región Latinoamérica con respecto a este importante tema. Guillén sostuvo que adaptación y vulnerabilidad son dos temas que unen a los países de la región, en los que se cuenta con mucha experiencia y en los que el trabajo debe de acelerarse para la acción pre 2020, como lo establecido bajo el Acuerdo de París.

Si bien un total de 137 países incluyeron adaptación como parte de su contribución nacional tentativa (INDC), se denota la necesidad de definir el qué y cómo se comunicaría la adaptación. Se necesitan guías que definan los aspectos mínimos a ser incluidos de manera uniformizada, para dar algún nivel de comparabilidad entre lo que presenten los países.

Enrique Maurtua Konstantinidis, director de cambio climático de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), sostuvo que el hecho de haber logrado una agenda balanceada de adaptación y mitigación hacen que la agenda pueda atender las necesidades de todos los países y de Latinoamérica, en particular por la alta vulnerabilidad los países, y por la responsabilidad de limitar las emisiones de las economías medias y emergentes.

En el mecanismo de pérdidas y daños (causados por efectos extremos del cambio climático a los cuales un país no se puede adaptar) aún queda pendiente definir las fuentes de financiamiento, los canales y las escalas para promover el trabajo sobre este enfoque, además de atender las necesidades de las comunidades más vulnerables y que se enfrentan a los impactos negativos del cambio climático. En materia de financiamiento, queda claro que debe definirse la hoja de ruta de los US$ 100 millones anuales que los países desarrollados se comprometieron a proveer a partir del 2020 a los países en desarrollo, y en particular cómo se integrará la subvención para la adaptación; tanto a corto, como a largo plazo.

Maurtua Konstantinidis recuerda que actualmente existen muchas iniciativas con énfasis en cambio climático, por ello la COP22 será la negociación de la implementación y de las energías renovables, lo cual debería de incidir directamente en las decisiones que aceleren la acción temprana incluyendo a los actores no estatales. “La próxima reunión formal de la Convención será en noviembre, sin embargo habrán reuniones informales y algunas ministeriales; sin olvidar que en septiembre los países del G20 podrían hacer alguna referencia en temas climáticos de financiamiento y mitigación”, finalizó.

Fuente: Conexión COP